jueves, 26 de julio de 2012

ESTRATEGIAS DIDACTICAS INTEGRADORAS DE COMPRENSION Y PRODUCCION DE TEXTOS ESCRITOS

 La comunicación es una necesidad básica del ser humano, ya que, dada su naturaleza social, continuamente se ve involucrado en diversas situaciones comunicativas que requieren del uso adecuado y pertinente del lenguaje oral o escrito. En la sociedad moderna, el uso de la lengua escrita es frecuente y cada día gana terreno como instrumento para satisfacer diversas necesidades de comunicación personal y social. Se puede afirmar que, en gran medida, las posibilidades de desarrollo personal en el mundo actual están ligadas con el uso eficaz y eficiente del lenguaje escrito.
Como habilidad comunicativa, la escritura es una de las prioridades que deben atenderse en la escuela y, por lo tanto, su enseñanza es una de las principales preocupaciones de las maestras y los maestros.
En los programas de estudio de español de la educación primaria, la propuesta actual para la enseñanza de la lengua hace referencia a la necesidad de que los niños lean y escriban textos propios de la vida diaria: cartas, cuentos, noticias, artículos, anuncios, instructivos, etc. Sólo de este modo los niños y las niñas mejorarán su desempeño en situaciones comunicativas cotidianas que involucren la escritura.
La lectura y la escritura son actividades interdependientes, prácticas complementarias y recíprocas, escribir es ejercitar con especial rigor y esmero el arte de la lectura. Para escribir es necesario haber leído antes en una proporción mayor, haber interpretado los textos y encontrado en éstos los argumentos suficientes para ser tenidos en cuenta en el momento de iniciar el proceso de escritura. Los textos son leídos e interpretados dependiendo de la disposición anímica, la edad, las áreas de interés, las experiencias de vida y las lecturas anteriores.
Ser lector se puede convertir en una práctica gratificante siempre y cuando se realice de manera libre y se tengan claros los propósitos que se persiguen: se lee para comprender el mundo, para comprenderse a sí mismo o simplemente para vanagloriarse de ser un gran erudito; cualquiera de las opciones es válida con tal de que el lector obtenga lo que se propone y acepte que al ejercitar esta actividad se está aislando, ya que la lectura y la escritura exigen absoluta soledad para realizarse plenamente.
Todo texto es una linealidad de signos que puede ser explicada a través de la observación y el análisis de la estructura interna a partir de la cual se ha constituido, como material homogéneo susceptible de ser observado desde sus elementos más mínimos -los fonemas- hasta la concepción del texto como una extensa frase (si se tratara de una novela, por ejemplo) que expresa una intención, como un discurso. El lector se puede conformar con develar la estructura sobre la que se sustenta el texto, tratarlo como un objeto sin mundo y sin autor, sin contexto, dar cuenta del conocimiento del mismo a partir del análisis de sus relaciones internas, de su estructura formal. También se puede emprender el salto a un nivel de lectura más complejo, vital y enriquecedor, se trata del paso de la observación y la comprensión al de la interpretación.
Para comprender un texto no es suficiente con explicar a la manera de un sabio naturalista su funcionamiento y las particularidades que lo caracterizan a nivel microestructural (tiempos verbales, pronombres, cohesión léxica, etc.); tampoco es pertinente interpretar los textos sólo en relación con los gustos, percepciones o preferencias actuales del lector, es decir, desde perspectivas plenamente subjetivas; lo ideal, cuando de acceder a textos escritos se trata, es concebir la comprensión y la interpretación como dos aspectos complementarios y recíprocos. Es inadecuado concebir la comprensión como una práctica del dominio de los ciencias naturales y la interpretación como el objetivo de las "ciencias del espíritu", la comprensión como un ejercicio objetivo y desapasionado y la interpretación como un proceso subjetivo y dominado por instancias psicológicas. Lo que el lector debe lograr es la fusión de la interpretación del texto con la interpretación de sí mismo.
Las estrategias didácticas son fichas de actividades a trabajar en dos momentos, identificados por los apartados Desde el colectivo docente y Desde el aula.
Primer momento: Desde el colectivo docente. Corresponde a las actividades que trabajará el colectivo docente con el (la) director(a). Fundamentalmente, es un espacio de reflexión, análisis, intercambio de experiencias y toma de acuerdos para generar acciones conjuntas que favorezcan el trabajo de la escritura de diversos textos con un sentido comunicativo funcional.
El trabajo es el siguiente: el colectivo vivencia la actividad, analiza la estrategia propuesta en el apartado Desde el aula y establece acuerdos y compromisos para implementarla en el salón de clases. Trabajando en equipos, ya sea por grados o por ciclos, cada profesor y profesora ofrecerá alternativas, adecuaciones y sugerencias para enriquecer el desarrollo de la actividad propuesta, tomando en cuenta el grado que atiende y las características particulares de su grupo. Finalmente, será necesario recuperar la experiencia obtenida con los alumnos y alumnas para reorientar el trabajo.
Cada ficha comienza con actividades de reflexión e intercambio de experiencias acerca de la sesión anterior que se desarrolló Desde el aula. En ella se indican los propósitos de la estrategia, los materiales que se requieren y el desarrollo de las actividades; incluye, además, un apartado llamado Recuperando la experiencia, en el cual se dan ciertas pautas de reflexión y autocrítica sobre el trabajo efectuado en el aula, mediante preguntas breves.
Para trabajar la actividad será necesario invertir en promedio dos horas, por lo que se sugiere hacerlo en las reuniones de Consejo Técnico.
Cada ficha de trabajo incluye lecturas breves, revisión de materiales de apoyo, sugerencias; algunas incluyen, además, un apartado llamado “Para saber más”.
Segundo momento: Desde el aula. En este espacio se presenta la actividad propuesta para el trabajo con las y los alumnos, misma que fue revisada y planeada en el momento Desde el colectivo docente. Todas las actividades están encaminadas a contribuir a que las alumnas y los alumnos:
•    Utilicen la escritura como medio para satisfacer distintos propósitos comunicativos: registrar, informar, apelar, explicar, opinar, persuadir, relatar, reseñar, divertir y expresar sentimientos, experiencias y conocimientos.
•    Incluyan las características de forma y contenido pertinentes en los escritos que realicen.
El trabajo colectivo entre maestros y maestras que comparten propósitos y responsabilidades, promete mejores resultados de los obtenidos en el trabajo individual. Sin embargo, en caso de que no sea posible la reunión del colectivo docente, maestros y maestras pueden organizarse por ciclos o por grados, y abordar directamente el bloque de actividades Desde el aula, haciendo las adecuaciones pertinentes al grado que atienden para trabajarlas con sus alumnos.
Las estrategias didácticas propuestas no tienen una secuencia de aplicación establecida. A excepción de la inicial, que deberá abordarse en la primera sesión, el colectivo decidirá la pertinencia y el orden en que deberá trabajarse el resto.

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